"Era la más afilada de las espadas, y cada vez que la desenvainaba brillaba como un rayo de sol.
No podía envainarse sin matar a un hombre, y con sangre caliente debía ser siempre enfundada.
Nada , ni humano ni animal, podía vivir un día si recibía una herida de ella,
sin importar lo grande o pequeña que fuera.
Nunca falló un golpe, ni se detenía hasta tocar la tierra.
Su nombre es famoso en todas las sagas antiguas"